sábado, 9 de abril de 2011

EL “CLICK”, EN EL MOMENTO JUSTO


Jorge “Negro” Luengo, dejó atrás aquellos duros comienzos, que incluso lo llevaron a vivir en “Ciudad oculta” y casi, casi, como uno de los “click” de su cámara, pasó a trabajar para la revista Gente y posteriormente para el programa más visto del país, “Bailando por un sueño”.

Dotado de un enorme talento, ése que le permite capturar el momento justo, en el momento apropiado, el “Negrito” Luengo, se está dando el gran gusto esta temporada de exponer sus fotos en la Galería del Paseo Cultural del Puente Uruguay.

Tal ha sido el éxito de esta exposición de las mejores imágenes del programa más visto del país, “Bailando por un sueño”, realizadas por el fotógrafo “oficial” de Ideas del Sur.

Aunque le ha tocado fotografiar desde Gabriel García Márquez hasta George Bush, asegura que siempre se le pone “la piel de gallina” con muchos pasajes del programa de Marcelo Tinelli.

Se considera amigo de éste último y de Diego Maradona, aunque siempre aclara, no de los personajes, sino de los seres humanos que hay detrás de esos nombres.

En un distendido diálogo con el Semanario La Jornada y mientras parte del público lo espera para sacarse una foto con él o pedirle un autógrafo, habló de todo.

¿Es cierto que la muestra ha sido tan exitosa que seguirá?

Si, tuvo tanto éxito durante enero y a los funcionarios de Turismo le gustó tanto la respuesta de la gente, que se va a extender durante todo febrero. A Gustavo Santos le pareció bárbara la idea de seguir.

¿Y cuál es el balance que hacés de esta exposición?

Es mi primera muestra del “Bailando por un sueño” y estoy feliz porque la devolución que te da la gente, después de ver cada foto, cuando se hacen una foto con la foto. Y que pasen esas cosas es maravilloso. Los fotógrafos son muy celosos de su material y algunos podrían decir: “Uy, se están robando mis imágenes”. Yo, por el contrario, siento que es algo tan lindo para la gente del interior: Poder disfrutarlo al famoso en una foto, del programa más exitoso del país, porque el “Bailando por un sueño” lo ve todo el país y en el interior, en las provincias, no tiene competencia. Poder expresarme como fotógrafo o como artista, a través de esta muestra, para mi es estar allá arriba (señala el cielo).

Algunas pueden pensar que estas imágenes, son como “capturas” de las grabaciones que se hacen del programa, pero nada que ver…

Claro, pero no es así. Cada toma refleja una emoción o una situación especial. Aquí no se ven fotos de llanto o cuando un participante quedó afuera. En la muestra se ve todo lo que es alegría y apunté a ese lado. Se ven los bailarines cuando están en su mejor expresión corporal (un salto, en el aire, etc.).

Contrariamente a lo que se puede pensar, no es algo sencillo reflejar esas tomas, esos momentos….

No es fácil. Yo también fui aprendiendo y evolucionando sobre la marcha de los distintos “Bailando…”, porque las primeras ediciones de este programa, no eran tan acrobáticos. Estos últimos sí, como por ejemplo el Acua Dance, Bailando bajo la lluvia o sobre la nieve. Con ésta última no era fácil hacer foco, con tantas luces, el piso, y tanto contraluz, dificulta mucho hacer el trabajo tranquilo. Yo ni voy a los ensayos, así en el Vivo, es estar capturando los momentos justos. Y en estas ocasiones ni el motor de la máquina puede ayudar, porque es cuestión de hacer el click justo.

¿Hay parejas o figuras que son más simples que otras, a la hora de de fotografiar en el programa?

Bueno, Flavio Mendoza es un experto acróbata que te da las mejores fotos. Y en cambio la hija de Reina Reech, que le costaba un poco llegar a hacer una prueba de alto (o de aire), en el piso se la puede fotografiar más fácil. Todo suma y con la luz del piso, con la producción que tiene Ideas del Sur, hace que todo se potencie y mis fotos son más lindas, por los vestuarios, por la luz y el maquillaje.

Cada vez que se graba el programa, se percibe una energía, una magia especial….

Si, es increíble, hay que estar allí para vivir lo que se siente. Es único. Lo que se transmi6te allí te pone la piel de gallina casi todo el tiempo.

Recuerdo una coreografía de Flavio (Mendoza), que hizo llorar a todo el mundo en el piso. Me vienen a la mente un acua dance y un adagio. Entonces uno allí trata de reflejar esos momentos con una foto y transmitirlos.

¿Te sentís cómodo haciendo esto o te gustaría estar haciendo otra cosa, profesionalmente?

Yo ya hace seis años que trabajo para Ideas del Sur, pero además tengo una relación de amistad con Marcelo (Tinelli) y con los productores, el “Chato” y Fede Jope. Y con ellos yo colaboro incluso con algunas ideas, ellos me escuchan y confían en mí como un ojo crítico. Formo parte de esa familia e incluso mi hijo ya hace tiempo que también trabaja en Ideas. Es un chico que tiene mucho futuro y está trabajando muy bien.

Y yo desde mi lugar humildemente, aporto no sólo desde la fotografía y muchas veces lo arrimé a Diego (Maradona), por la relación de amistad que nos une.

¿Cómo ves la fotografía en la actualidad?

Bueno la era digital es parte de la evolución y también llegó a la fotografía. Te lo voy a pintar con un ejemplo, en el mundial 98 (estaba trabajando para la revista Gente) estaba con los negativos y en plena cancha, en el corner, había un fotógrafo japonés que tenía una Notebook, una cámara digital y un celular, transmitiendo la fotos para su país, Japón. Y yo tenía que revelar en el hotel, escanearlas, digitalizarlas y recién pasarla por Moden a la Argentina. Por eso, es formidable la digitalización, por los tiempos, porque aceleró todo y así le permite al fotógrafo y al periodista tener la noticia más rápido. Y ahí está el sabor de la competencia. Y la competencia es buena y es progreso.

¿Consejo a alguien que se esté iniciando?

El fotógrafo es estar en el lugar justo en el momento apropiado. Y es muy cierto, porque a mi me pasó de estar en el momento justo y hasta en el minuto indicado. Hacer una foto que después me llevó a estar en una situación mejor de trabajo. Es decir, con una foto que buscaba todo el país, la hice yo y un día me encontré con el colega Jorge Aloy, que necesitaba esa imagen. Yo le pasé el negativo, pero como ser humano, más que como fotógrafo. Mi amigo me dijo que fuera a la revista Gente, para que me pagara.

A partir de allí empecé a trabajar para Gente, para Tinelli, Maradona, fotógrafo de los presidentes (viajé con Menem por todo el mundo).

¿Y se trata de una cuestión de suerte?

No, se trata de estar en ese momento que hago referencia; pero cuando ese momento llega, tener la capacidad para hacer muy bien. Yo terminé siendo el fotógrafo de las imágenes más difíciles de Gente. Es así que tocaba ir con los noteros a entrevistar a García Márquez, a George Bush en su casa, Fidel Castro, Paulo Coelho, Vargas Llosa.

Mi amigo, “el Diego”

¿Cómo es trabajar con el Diego?

Casualmente estoy en una etapa de montar la muestra fotográfica, “Diego por el mundo” y un libro. Yo lo fotografío a Maradona desde 1994 y hasta hoy.

Lo que tengo preparado es cuando a Diego lo suspenden, en el mundial del 94. A partir de allí empiezo a fotografiarlo, lo que le pasó en Punta del Este, la recuperación en Cuba, cuando se separa y deja a su mujer y las hijas, la despedida en la Bombonera, cuando juega al tenis, al golf. Casi que fui su sombra y estuve en todos lados, cuando entró a terapia intensiva. Y la más fuerte es la imagen cuando casi se muere, en el 2000.

¿Cómo lo definirías a Diego?

Ojalá la gente pudiera conocerlo como lo conozco yo, al ser humano y de esa forma tendría otro concepto de él.

A veces es un personaje, para la prensa y para el público. Para muchos se había transformado en un opinólogo y los periodistas a veces a preguntarle que opinaban del Papa, o del político de turno. Y bueno, como él es temperamental, a veces respondía en concordancia al tema que lo consultaban. Si pudieran conocer al Diego padre y ser humano, se daría cuenta que es una persona común y normal, que quiere y que ama.

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