Un hecho insólito se produjo el viernes último por la mañana en el norte de la ciudad, cuando se hizo presente la policía y protagonizó un fuerte intercambio con una familia frentista, que no quiere el asfalto frente a su vivienda por no poder costearlo.
La empresa local que encara las obras, lo hace por el sistema contractual con el vecino, a pagar en cuotas. Al parecer el municipio encaró primero en un sector de la calle Lules el cordón cuneta y los vadenes y posteriormente la constructora comenzó el pavimento por sistema de engrampado (similar a los adoquines).
Si bien la mayoría de los frentistas adhirió a la obra, teniendo en cuenta los problemas que presentan calles de tierra en desnivel como las del barrio Costa Azul, una de los frentistas no suscribió debido a los altos costos que le generaba la obra.
La familia Manzanelli, de Lules al 180, tiene su vivienda con dos frentes de salida, por lo tanto la empresa pretende aplicar una suma que la familia no puede afrontar.
Fue así que el viernes último intentaron parar la obra, cuando los obreros intentaron avanzar sobre el segundo de los dos frentes de esta propiedad.
En el lugar se hizo presente un móvil de la comisaría local y momentáneamente se detuvieron los trabajos, hasta tanto se logre un acuerdo con esta familia.
“Nosotros tenemos en el primero de los frentes un costo de seis mil pesos, pero con dos mil más por gastos de honorarios de abogados y encima ahora la obra está por pasar por el otro frente que tenemos”, explicó Oscar Manzanelli.
Los vecinos, según explicaron, solicitaron al municipio la visita de una asistente social para que corrobore la imposibilidad de afrontar el costo de estas obras, pero pese a las notas, aún nadie los ha visitado.
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