lunes, 11 de abril de 2011

EL ALCOHOL, PUERTA ABIERTA PARA LA DROGA


Que la labor que realizan las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) es incansable, ya todos lo saben. Pero el consumo de alcohol se mantiene en niveles preocupantes en los adolescentes y jóvenes y estas entidades no bajan los brazos, porque no tienen dudas que detrás de beber en exceso, está la droga.

Patricia Campi (PC) y Ana Renzi (AR), son dos de las integrantes de la agrupación “Concientizar para Prevenir” e insisten en la prevención para obtener resultados.

¿El alcohol es la puerta de entrada para las otras drogas?

PC: Es la droga legal. Y es uno de los puntos que más abordamos, porque nos preocupa y tratamos de ocuparnos. El alcohol al volante, el consumo de alcohol en menores y todo lo que sea seguridad vial es en lo que más estamos trabajando.

Nuestro objetivo es tratar de concientizar a la toda la comunidad, ya sea a los padres, a los jóvenes, a los niños, a las autoridades. A nivel niños, por dar un ejemplo, el 10 de diciembre dictamos en la Escuela Manuel Belgrano charlas de concientización para los niños de Jardín de 4 y 5 años.

AR: La persona que toma es vulnerable y en ese estado le puede pasar de todo. Por ejemplo, una chica borracha puede ser víctima de una violación o de cualquier abuso. Si maneja se puede matar, o matar a terceros. Una persona bebida además se desinhibe y se atreve a todo, hasta llegar a la violencia.

Ustedes le dan mucha importancia a estas charlas en los colegios…..

PC: Es fundamental. Cuando más chiquitos son, más absorben, porque son como esponjas. En nuestro caso igualmente lo hacemos extensivo a todos, incluidos los chicos de primaria y secundaria (tanto escuelas públicas como privadas).

En la mayoría de los colegios tenemos muy buena recepción y para nosotros es muy fuerte dar las clases, porque en los secundarios no es tan fácil. Los chicos a veces no lo pueden creer que menores de 18 años no pueden tomar alcohol, porque incluso ni el organismo ni el cerebro están preparados para eso. Para nosotros es un desafío permanente hacer lo que hacemos.

AR: Se puede atacar la cuestión desde muchos lugares: Desde la escuela o lo que es vital y lo primero, la educación en la familia. Porque si uno logra tener contenidos a los chicos en el hogar, ya dio un buen primer paso. Pero claro, estaría bueno que cuando yo le prohíbo a mi hijo ciertas cosas, el resto de la sociedad no se lo permita. Es decir, todos debemos tener el mismo mensaje. Ocurre que hay tantos intereses creados, desde el alcohol, la droga, el dueño del boliche y si encima hay desatención de la familia, por eso el chico cae en esos excesos.

¿Qué les dirían a sus pares, los padres?

PC: Lo que se denominan “previas” las hacen tanto los menores de 18 como los mayores. Y hay padres que no saben que si prestan el quincho de su casa para que su hijo y los amigos hagan esa previa, cualquier cosa que ocurra después el responsable civil es el dueño de casa.

En ese sentido la policía nos da una gran mano, porque están a atentos a lo que se organiza vía Facebook o Twitter. Los efectivos van al domicilio y avisan de esto, es decir, que lo que ocurra en esa fiesta se harán responsables los adultos. La mayoría de los padres ni saben. Los papás a veces creen que son mas “piolas” si tratan a sus hijos como si fueran amigos. Y es allí donde está el problema: El papá tiene que ser papá. Los buscan sus pares, nosotros tenemos que ser padres. Cuando se cambian los roles ya no se pueden poner límites. Y uno le pone límites a sus hijos siempre, mientras tenga vida. Uno los consejos los da siempre, aunque el hijo tenga 40 años. Sabemos que no es fácil, porque vivimos en una sociedad donde se cree que si no se toma alcohol, no se es “vivo”, no sos hombre, no sos piola. Entonces los chicos para pertenecer, necesitan alcoholizarse como todos los demás.

AR: Los padres tienen que ponerse las pilas. Yo veo que los padres cuidan y contienen mucho a sus hijos cuando van a la escuela primaria, pero después en la secundaria no, como que se relajan, piensan que ya son grandes.

¿Niños de muy corta edad ya beben?

PC: No conocemos casos concretos de muy niños, pero si vemos chicos de 13 o 14, que suben sus fotos a las redes sociales y allí se ven en fiestas, con vino o con bebidas energizantes.

¿Por qué es tan peligrosa la ingesta de bebidas energizantes?

PC: Porque los jóvenes las mezclan con otras bebidas, creen que no se van a alcoholizar y suponen que mantendrán bien los reflejos. Y no es así. Esas bebidas engañan.

¿Y cuál es la relación que tienen con las autoridades?

PC: Y bien, nosotros lo único que les pedimos es que cumplan su rol. Con el Concejo de Representantes, por ejemplo, estamos trabajando para modificar la ordenanza de espectáculos públicos y a la parte Ejecutiva, pidiendo que no dejen de hacer los controles.

AR: Lo que buscamos es trabajar de una forma multisectorial, porque nosotros solos, los padres, sin la policía, no podemos hacer nada y sin el control municipal tampoco. Mientras tanto nosotros lo que podemos hacer lo hacemos, es decir hablar con nuestros pares, dar clases en los colegios, etc.

Vemos que todavía falta dar ese gran paso para trabajar todos juntos, porque son como esfuerzos aislados. Porque todos en estos vamos aprendiendo sobre la marcha. Por ejemplo ahora están haciendo los controles de alcoholemia. Y eso nos parece bárbaro, pero tendrían que hacerlo más seguido, en distintos horarios y más cercanos a los lugares nocturnos.

¿Qué consejos le darían a los jóvenes que les ofrecen drogas?

PC: Nosotros no trabajamos concretamente con el tema drogas ilegales, porque consideramos que son las autoridades las que se tienen que ocupar de eso, fundamentalmente los funcionarios federales. De esta forma nosotros nos abocamos más a todo lo que es la droga legal, es decir, el alcohol. Nos topamos con casos de adolescentes que quedan embarazas y ni se acuerdan que pasó, porque estaban alcoholizadas. Y después viene lo otro, el porro de mariguana u otras drogas y al estar bajo sus efectos, no son conscientes de sus actos.

La bebida es para degustarla, no para excederse. Nosotros como adultos mayores podemos discernir, pero los jóvenes no, porque son vulnerables.

¿Cómo ven el rol del empresario de la noche?

PC: Siempre hay cosas para mejorar y se podría perfeccionar muchísimo. Hay empresarios de la noche que son más conscientes que otros. A algunos sólo les interesa vender alcohol, sin pensar que se llenan los bolsillos a costa de que muchos después se accidenten. Lo último que sabemos es que en conjunto con la policía se estaban implementando lo de las cintas en el brazo. Es una buena medida, pero nos enteramos que los fines de semana, en la mayorías de los locales, no están esas cintitas. Y esto debe estar siempre, no a veces.

El Estado hace mucho hincapié en la venta de alcohol barato en la periferia. Han hecho clausuras y hasta detuvieron a comerciantes. Muchos tienen que saber que a partir de las 23 horas no se puede vender alcohol en ningún lado. Tampoco a los mayores, porque a partir de esa hora rige la veda alcohólica. Lamentablemente no se respeta del todo y de ahí que la policía controla y mucho.

AR: Cuando los bolicheros se concienticen que no es bueno que se maneje alcoholizado, a ellos también les van a parecer algo normal estos controles, porque en el mundo ordenando se hace, se controla y nadie se siente ofendido ni agredido.

Los empresarios están dando el primer paso, pero deberían concientizarse más. Como también lo tienen que hacer los padres, para que los chicos no se emborrachen ya en las previas.

En estos las culpas no son de uno, sino de todos, es una cuestión social e integral. Todos somos parte de esta sociedad y todos tenemos que ponernos las pilas. No hay culpables, sino muchos responsables.

El alcohol se ha metido en la sociedad con la creencia que si no hay, se acaba la diversión, la fiesta y si no se bebe se es un aburrido. Y no es así.

Para revertir esto ayudaría mucho impulsar más el deporte. Es más, de los impuestos se podrían destinar más fondos para impulsar el deporte. Un joven que al día siguiente tiene que jugar un partido, se cuida.

¿Por qué hacen esto?

PC: Fundamentalmente por la vida, porque me da mucha lástima que cada vez tengamos más accidentes de tránsito. Y cuando esto ocurre, la mayoría de las veces, está presente el alcohol. Si seguimos así nos vamos a quedar sin jóvenes. Y entonces no vamos a tener futuro.

AR: Si los ciudadanos no participamos, no vamos a lograr ningún cambio. La participación de la gente es vital. Ocurre que a veces los ciudadanos están desilusionados porque ven que reman y no consiguen los resultados rápido. Y menos cuando pretendemos que esas respuestas vengan de arriba, porque sabemos que los tiempos de la política no son los mismos que los de la gente. En ese sentido yo comprendo que las autoridades tengan muchas otras cosas. Entiendo que no hay que bajar los brazos y es vital que participemos y nos comprometamos en lo que podamos: En el colegio, en los controles, en educación, donde sea.

Esteban Gorriti, a partir de un tremendo accidente en la autopista que protagonizó un Ford Ka y en que hubo varios muertos y heridos, fundó en Córdoba el Centro de Estudios "Por Nuestros Queridos Hijos".

¿Por qué el alcohol al volante puede ser tan peligroso?

Porque convierte a los conductores en potenciales asesinos de terceros inocentes. El tránsito vial es una actividad altamente riesgosa de por sí -causa 1.500.000 de muertes por año en el mundo-, de modo que agregarle otro factor de riesgo como la conducción descontrolada, constituye un cóctel terrorífico. Es el mayor problema de seguridad que tiene la Argentina, pues sólo la siniestralidad vial causada por alcoholemia duplica la estadística de víctimas fatales en ocasión de robo. El alcohol mata más que el delito común.

A usted le ha tocado vivir de cerca las consecuencias de lo que puede pasar si se maneja alcoholizado...

Mi hija Manuela falleció a los 19 años de edad, el 3 de marzo de 2007, víctima de un siniestro vial causado por ebriedad del conductor que la transportaba. Es una más entre 3.000 chicos de entre 15 y 30 años, que mueren anualmente en circunstancias de regreso de la diversión nocturna. Un genocidio causado por intereses comerciales nefastos, que cuentan con protección política y tolerancia social, como si se tratara de muertes por causas naturales.

¿En Villa Carlos Paz se hace lo suficiente para cuidar a los jóvenes del flagelo de la bebida o se podría hacer más?

Ni en Villa Carlos Paz ni en ninguna parte en la Argentina, se hace lo que se tendría que hacer para evitar dicho genocidio juvenil resultante de la epidemia de alcoholismo. El marco legal de fondo, la ley penal 24.788 de "Lucha contra el Alcoholismo", es deliberadamente ignorada por las autoridades e inaplicada por fiscales y jueces. Ella establece que es delito de peligro la realización de eventos alcohólicos en los cuales se produzcan intoxicaciones colectivas por exceso de consumo de bebidas alcohólicas, agravado por los resultados de muerte o lesiones. La actividad comercial de los boliches incurre permanentemente en dicha conducta delictiva promotora del abuso de alcohol; sin embargo, es un hecho que las autoridades municipales y judiciales les otorgan impunidad para delinquir. Lo que demuestra el fuerte poder económico del negocio de la noche y las relaciones promiscuas que la política mantiene con él, intercambiando financiamiento clandestino por protección institucional. Un pacto mafioso que le cuesta la vida a miles de pibes.

¿Usted considera que es más grave el fenómeno del alcohol o el de las drogas en nuestra zona?

La opinión pública cree que el problema de las drogas es más grave; sin embargo, el alcoholismo mata 30 veces más que la drogadicción. Ello se debe al consumo masivo de la droga legal, y a la combinación de sus efectos toxicológicos con la problemática de la inseguridad vial, que mencionamos antes. El 55% de los accidentes de tránsito son causados por el alcohol. Pero esta tragedia social es tapada por el histórico prejuicio que culpabiliza al bebedor, estigmatizándolo junto a su familia cuando produce un daño a terceros o a sí mismo a causa de su ebriedad. Esto convierte el tema en un tabú, para ocultar lo ocurrido. La vergüenza social de las víctimas termina liberando de culpa a los verdaderos responsables, que son los alcoholizadores seriales, comerciantes que explota la propensión a beber en exceso de gran parte de la población, en especial los jóvenes. En términos de epidemiología, se culpa al huésped del mal, y se justifica al agente que lo causa. Una aberración moral, jurídica y sanitaria.

Por las cosas que le tocado vivir, ¿Qué consejo le daría a los jóvenes que estén por salir a divertirse?

El consejo es siempre el mismo: no beban en exceso. Pero la cuestión no se soluciona sólo con prédicas morales a las potenciales víctimas. Si fuera así, esto no pasaría, porque el común de los padres aconsejan a sus hijos en ese sentido, desde que quieren lo mejor para ellos. El problema es más complejo, pues la inmadurez de los adolescentes y jóvenes los hace ceder ante las presiones sociales del ambiente de la diversión nocturna, que tiene su propio código contracultural favorable a los excesos y transgresiones peligrosas para la salud. El contagio del alcoholismo es sociológico pues ocurre en el medio ambiente donde interactúan los jóvenes entre sí, no con sus padres. Y casi siempre en escenarios comerciales montados para promover el abuso de sustancias tóxicas, de oferta ilimitada. Allí está el crimen contra la salud pública cuya impunidad comentáramos antes.

Igualmente, Qué consejo le daría a los padres, cuyos hijos estén en edad de salir?

Los padres deberemos seguir aconsejando a nuestros hijos; pero como eso no cambia las condiciones de peligro que generan los escenarios colectivos saturados de alcohol y drogas, les animo a formar un movimiento de opinión pública -totalmente apolítico- que exija a los gobernantes el cumplimiento a rajatabla de las leyes sanitarias (código de faltas y leyes anti alcohol y antidrogas) que prohíben a los comerciantes la promoción del alcoholismo y el daño social consecuente. Hagamos algo más que dar consejos: pasemos a la lucha social para proteger a la juventud en su conjunto de los intereses económicos que la amenazan, pensando siempre que la próxima víctima fatal puede ser nuestro propio hijo.

¿Las entidades de servicio, ONG, etc. están cumpliendo el rol que debería desplegar el Estado?

La ONG "Concientizar Para Prevenir" es un destacado ejemplo en el sentido de lo que decimos. Sus miembros ejercen acción docente voluntaria, predicando a la juventud en sus lugares de estudio, sobre los peligros del alcohol, las drogas y el tránsito vial. Pero también acometen la silenciosa tarea de requerir permanentemente a las autoridades que cumplan con sus deberes de control y represión de las faltas y delitos que habitualmente cometen los traficantes de alcohol y drogas. Es decir, C.P.P. demuestra con su acción, que una correcta política de Estado de prevención sanitaria en esta materia debe operar al mismo tiempo sobre la demanda y también sobre la oferta de alcohol, factores de riesgo inescindibles, anverso y reverso de la misma moneda. Es decir que C.P.P. no pierde de vista el marco de legalidad vigente y por eso no incurre en el error tan común de culpar a las víctimas y justificar a los victimarios.

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