“El Funes tendrá la primera
Terapia Intensiva neonatal de Punilla”
El ex
intendente local Gustavo Dellemaggiore asumió el miércoles último al frente del
Hospital Domingo Funes, en un acto en el que también fueron puestos en
funciones los nuevos responsables del Hospital Colonia Santa María.
El
profesional carlospacense deja de esta forma el cargo de Director de
Infraestructura Sanitaria de la Provincia, en el que se venía desempeñando y
regresa al Valle de Punilla, en una función relevante y en un nosocomio que fue
ícono en la salud pública argentina y ahora se pretende recuperar el tiempo
perdido.
Aspira a
dejar atrás muchos años de desinversión, el desgaste de los profesionales de la
salud que allí trabajaron y hasta un desprestigio alcanzado en los últimos
tiempos, que contrasta con el éxito que gozaba este polo sanitario allá por la
década de 1940.
Durante la
gestión de Mestre se intentó demolerlo. Luego vinieron etapas de inversión,
aunque supeditadas a los vaivenes económicos y políticos del país.
En los
últimos años se invirtieron 30 millones de pesos en obras. Es un nosocomio que
tiene un presupuesto de 60 millones y muchos “sueños”, que su nuevo director quiere
cumplir.
Este es el
diálogo con el flamante director del Hospital Domingo Funes.
¿Este nuevo cargo lo vive como un nuevo desafío?
El Funes es un hospital que tiene una
trayectoria histórica. Es un formador de la historia de Punilla, es un ícono
clásico dentro de la historia de la salud argentina, en particular dentro de lo
que es el Valle de Punilla. A la vuelta del Funes y del Hospital Santa María,
fueron naciendo estas comunidades que fueron creciendo, digamos, a la sombra de
estos centros asistenciales, muchos de los primeros vecinos eran incluso los de
dados de alta de estos hospitales.
Fue un polo
sanitario que tuvo la particularidad que uno de ellos fue el primer hospital de
tuberculosos femenino, allá por 1939/40. A esto convergieron una serie de
factores: Su localización geográfica, la distancia de Buenos Aires, la cercanía
con el ferrocarril. Antes estos hospitales estaban rodeados de campo, ahora
están las localidades: Villa Caeiro y Santa María; el desarrollo y el
crecimiento de Cosquín como la capital departamental, que nacen a la par de
estos dos “monstruos” hospitalarios para aquella época.
Este
hospital es referencial de 50 localidades de Punilla y la suma de habitantes de
toda esta zona da 250 mil cordobeses. Es decir, el Área de Programa, como se la
acostumbra en llamar a la región donde cada hospital ejerce su impacto, supera
ampliamente en tres veces la población de Carlos Paz.
¿En su gestión se intentará repontenciarlo?
El Funes se
ubicó como en un ojo de tormenta durante la gobernación de Ramón Mestre cuando
comenzó su demolición para luego reconstruirlo; luego vino una de las tantas
crisis económicas que atravesó el país y
a partir de allí el nosocomio quedó prácticamente derruido. Todo el hospital
completo, de 300 camas, se amontonó en un espacio, donde seguían estando todas
las especialidades, pero había espacio para 50 camas.
Cuando se
hicieron famosas aquellas tomas que se veían por TV y las críticas que se
desarrollaban a la vuelta del hospital, que mostraban un nosocomio derrumbado,
con pedazos de inodoros en los patios, habitado solamente por animales, en fin,
eso lo llevó a un nivel de desprestigio muy importante; prestigio que había
sido construido por un grupo muy importante de médicos, donde erigieron una
Escuela de Medicina, una Escuela de Enfermería y de distintas especialidades,
que posicionaron al hospital como uno de complejidad y de referencia.
Hace unos
siete u ocho años atrás se comienza progresivamente con la vocación de
recuperar la condición funcional del Funes y la primera gobernación de José
Manuel De la Sota, posteriormente (Juan) Schiaretti y ahora otra vez De la
Sota, ya se llevan invertidos casi 30 millones de pesos en distintas
refuncionalizaciones. Ahora tenemos, por ejemplo, 68 camas nuevas, puestas a
nuevo y listas para ser utilizadas con el criterio de personalización de la
atención de la atención. Es decir, ya no aquellas salas de 20 o 30 pacientes,
sino pequeñas, con menor número, privacidad, acondicionamiento y ambientación
adecuada para vivir razonablemente un proceso de enfermedad en el ámbito del
hospital. Lo que antes era un hospital pabellonal de 25 camas, ahora esa sala
está transformada en 14 habitaciones, cada una con su baño, con su
climatización. Esto se suma a una inversión muy importante en lo que son
unidades críticas; el proceso de materialización que va avanzando en lo que es
neonatología, ya con seis puestos de neonatología comprados (sólo falta
acomodar el personal y capacitarlo); el área de neonatología del Funes sería la
única desde los límites al norte de la provincia hasta la ciudad de Córdoba,
porque ni siquiera en Carlos Paz tenemos unidades de terapia intensiva
neonatal. A su vez tenemos una UTI para adultos que es realmente fantástica, con
once puestos de cuidados muy complejos y cuatro puestos más de menor
complejidad, aulas para educación y capacitación. Por ejemplo ya esta semana
que terminamos arrancamos con la primera etapa de la Escuela de Enfermería, una
extensión áulica de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), a la fecha tiene
120 pre-inscriptos (carrera de tres años a cuyo término saldrán diplomados como
enfermeros profesionales); la continuidad de la Residencia en cinco
especialidades; ya pedimos elevar el número de residentes de 23 a 40 y así
permitir mayor capacitación profesional en lo que es: Pediatría, neonatología,
cirugía general y obstetricia. Por lo tanto vamos a poder proveer a la zona de
recursos humanos de máxima calidad.
En vistas
al desarrollo de especialidades como la neurocirugía, el hospital hoy cuenta
también con un tomógrafo multi-slive de 16 cortes, de una cualidad técnica que
habla a favor de una condición tecnológica muy significativa. Esto nos
convierte en un centro de muy alta complejidad, con una capacidad de respuesta
más importante, sobre todo para lo que es la accidentología vial. El
politraumatizado grave que en estos momentos deambula por largos segmentos de
nuestra Provincia, necesita encontrar un lugar, bueno, pretendemos que en el
ámbito del Domingo Funes, con el incremento de la atención de traumatología,
con la mejoría en lo que es anestesia, estemos en condiciones de brindar en 60
o 90 días más, un servicio más ordenado para la atención de las emergencias.
El Funes
cuenta hoy con un reacondicionamiento de su presupuesto, que esperamos
gestionar más adecuadamente, por la cuestión de los reclamos de los
profesionales. Un presupuesto de 61 millones de pesos. Si lo comparamos con los
180 millones de presupuesto de Carlos Paz, no es un presupuesto menor.
Los profesionales del Domingo Funes han tenido siempre una actitud
combativa…
En la
cuestión del recurso humano hay una conflictividad muy alta con los salarios,
tanto para los médicos, como para las enfermeras y todo el equipo de salud
humana. Nosotros creemos con claridad que nadie puede hacer una guardia de
pediatría por $ 2.900 (seis o siete guardias en el mes). Esto hay que
arreglarlo de alguna forma. El propósito del Ministerio (de Salud), en esta
nueva etapa de la administración de De la Sota es llegar a buen término, con lo
que es horas de trabajo, dedicación y de llevar adelante un proceso de
cualificación en recursos humanos. Para ello la Escuela de Especialistas del
Ministerio ha reconvertido 200 pediatras a neonatólogos, de los cuales, cinco
están en nuestro nosocomio.
¿Cómo vio el personal este cambio de autoridades en el hospital?
La sorpresa
agradable es que siguen siendo combativos nuestros profesionales, lo cual es
muy bueno; porque quien combate desde su puesto en el ámbito de lo que es el
esquema de la prestación de atenciones médicas es mejor que sea así, a que sea
dormido. Y está implícito en los trabajadores de los equipos de salud humana,
que el salario no lo es todo. Y esto lo he podido comprobar en estas primeras
horas en que estoy al frente, en que además de plantear que quieren ganar más,
piden que haya calefacción en determinado lugar, refrigeración en otro, que el
instrumental esté en buenas condiciones, que no falten los medicamentos; vale
decir que la primera percepción del grupo humano es que están muy involucrados,
como siempre lo estuvieron y en defensa de la calidad del sistema de salud. En
el Ministerio se está analizando profundamente esta cuestión y hay una
propuesta que seguramente va a cristalizar en el próximo presupuesto, pero que
iremos acomodando este año para que la condición de funcionamiento del equipo
de salud sea la más adecuada, que la remuneración sea razonable de acuerdo a su
dedicación y capacitación y llegar a procesos de selección, de concursos
internos y de capacitación, para que todos se sientan conformes y los pacientes
reciban sus frutos.
¿Y cuál es la palabra suya al personal?
Primero
agradecerles que sean combativos, segundo que estén despiertos y quien me
conoce sabe que no subscribo procesos no democráticos en el ámbito de las
discusiones y sí es cierto que soy temperamental y cuando discuto, sin tengo
razón, otro tiene que tener más razón aún para que me convenza. Evidentemente
vamos a hablar, a discutir, a veces nos iremos a enemistar y en otros momentos seremos
amigos, en tanto que todos los objetivos que nos convoquen vayan dirigidos a la
salud de la gente, ahí vamos a estar todos anotados.
¿La intención es hacer una gestión a puertas abiertas?
Así es, a toda
la comunidad, a toda la zona, a la participación comunitaria y a la
articulación con todas las estructuras de salud que existen en la zona,
públicas y privadas.
El Sayago y la salud en Carlos Paz
La nueva
gestión del intendente Esteban Avilés arrancó con algunas idas y vueltas en su
cartera sanitaria, incluso a poco de asumir se fue quien estaba al frente de
Hospital Gumersindo Sayago y se designó un nuevo director.
Gustavo
Dellamaggiore también brindó su opinión sobre este panorama en Villa Carlos
Paz, su ciudad.
“Dos
personas de Carlos Paz, el Dr. Borgatello y yo estaremos conduciendo el Domingo
Funes y dos médicos de este nosocomio están en el esquema de salud de Carlos
Paz, como son el Dr. Gustavo Quinteros (en el Hospital Sayago) y la Dra. Noemí
González Casalegno al frente de la Secretaría: Seguramente vamos a tener una
gran compatibilidad”, remarcó de entrada.
Sobre las
crisis que se vivieron en los últimos en el Sayago, Dellamaggiore se mostró
prudente e indicó: “No conozco profundamente la situación actual del Sayago,
más allá que en el cargo anterior me correspondía a mí la cuestión de la
habilitación de la UTI (que una vez cumplimentados se efectivizó). Los
carlospacenses tienen que entender que los crecimientos de las estructuras de
salud son graduales y progresivos; nunca son explosivos ni de alto impacto”, y
remarcó: “El hecho que el Sayago tenga terapia intensiva ha hecho crujir todas
sus articulaciones. De ser un hospital de atención primaria a ser uno con UTI
digamos que se está reacomodando. Es un proceso que lo está cambiando en su
jerarquía, en su nivel y en su presencia. Evidentemente este va a ser un
hospital que va a costar más, que tendrá mayor complejidad, que requerirá de una
atención más plena y que seguramente en un futuro no muy lejano pasará a ser un
hospital sub-regional o regional, con mecanismos financiadores del Gobierno de
la Provincia”.
Sobre la
relación entre el Funes y el Sayago, a partir de ahora, puntualizó: “Será total
y plena. Incluso ya tuvimos algunas conversaciones con González Casalegno y
Quinteros y estimamos que el Funes va a respaldar lo que el Sayago no tenga y
esperamos complementarnos, como corresponde”.
1 comentario:
Para lo menos memoriosos, en 1983 -al asumir el Intendente León Grimberg- ya se sostenía la proyección de que dentro del corto plazo el Hospital Sayago debía pasar a la órbita de la Provincia, en primer lugar porque a nuestra localidad se le haría imposible soportar los mayores costos que suponía un hospital acorde a las necesidades de la villa y también atendiendo al criterio imperante en dicha época, de ir organizando la atención de la salud, mediante estructuras que se clasificarían según el grado de complejidad, dejando para los Municipios la organización de centros de salud que se encargaran de la atención primaria. No obstante ello, se consideraba la necesidad de que en Carlos Paz existiera un hospital de alta complejidad, en razón de la cantidad de habitantes, el crecimiento estimado y la amplia zona de influencia que se extendía hasta más allá de las Altas Cumbres. José Luis Rigazio - Ex-Sec.de Economía (1983-1985)
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