Así ven la Iglesia, desde
afuera
"Cinco curas, confesiones silenciadas", es el resultado de los testimonios de un puñado de clérigos que en algún momento de sus vidas decidieron apartarse de Iglesia Católica, para transitar otro camino.
El algunos casos empujados por
sueños reprimidos, en otros, al descubrir el amor o bien el ferviente deseo de
tener una descendencia.
La Iglesia como institución los
condenaba, entonces salieron formalmente de ella. Aunque su amor por Dios siga
intacto.
Sus verdades, sus decisiones,
expresadas en esos momentos trascendentales de sus vidas los escribieron en las
páginas de este libro. Y viajan por todo el país para presentarlo y gritar a
todos que su gran pecado fue el de traspasar las paredes de sus templos, para
aferrarse a la vida que transitamos todos nosotros.
El Concejo de Representantes y la
Dirección de Cultura del municipio fueron los encargados de organizar en las
renovadas instalaciones del Parque Estancia La Quinta la presentación de la
obra, "Cinco curas, confesiones silenciadas", de los autores: Nicolás
Alessio, Adrián Vitali, Elvio Alberione, Horacio Fábregas y Lucio Olmos.
Momentos antes de brindar la
charla, el viernes último, los visitantes hablaron con la prensa.
Nicolás Alessio, en la obra
literaria, cuenta los entretelones de su expulsión de la parroquia por a poyar
el matrimonio igualitario en la Argentina y recuerda cuando un obispo le pidió
que no usara más la palabra "justicia" en sus sermones.
“Es una alegría inmensa estar en
Villa Carlos Paz y poder presentar el libro, porque pensamos que es una
oportunidad, que ayuda a la reflexión, que ayuda a la verdad, que ayuda a la
transparencia”, indicó Alessio, un asiduo visitante a la Villa Serrana,
principalmente a las tertulias y encuentros culturales organizados por la
Cooperativa Integral (Coopi).
“Cinco Curas, son cinco relatos
no autobiográficos exactamente, pero sí de las experiencias personales, de
nuestras historias y de nuestra historia en la institución Iglesia, desde que
nace la vocación hasta que en algún momento dado entramos en conflicto,
fundamentalmente con la Institución; y a partir de allí vamos relatando
diversas situaciones hasta ahora, que para la Iglesia católica, siguen siendo
situaciones de conflicto”, indicó.
El caso de Adrián Vitali es un
una gran experiencia de vida. Conoció a una mujer, asidua concurrente a su
parroquia. Con el correr del tiempo el
amor llegó a la relación y la mujer quedó embarazada. Ante lo ocurrido, el
arzobispo de Córdoba le propuso un traslado cuasi forzoso a otro destino y que la propia Iglesia se haría
cargo de la manutención del niño que iba a nacer, claro está, si renunciaba a
su paternidad.
Vitali recordó cómo se gestó este
texto literario: “Fue una propuesta para hacer otro libro y salió este. Digamos
que este libro fue un accidente. Y quizás las cosas importantes en la vida son
accidentales. Cuando me senté con el editor me propuso esta experiencia que
hicimos y la verdad que fue muy linda”, indicó el ex sacerdote, quien agregó:
“Una de las cuestiones anecdóticas fue que ninguno de nosotros se leyó nada
mientras lo íbamos produciendo al libro. Es decir, nos enteramos de todo cuando
el libro ya fue publicado”.
Los cinco autores ya se conocían
desde hace tiempo: “Nos veníamos encontrando hace tres años, con un grupos de
curas que habíamos formado, casados, con el Grupo Angelelli y así empezamos a
compartir distintas experiencias y consideramos que era muy rico poder
transmitir y trasladar lo que habíamos vivido distintas generaciones, desde 1955 hasta el 2011, en que echaron a
Nicolás Alessio”.
A la pregunta de qué ven, cuando
miran el camino que desanduvieron, Vitali aseguró: “Uno mira hacia atrás y
descubre por ahí, a esta edad (piensa)… Lo que pasa es que cada uno va viviendo
biológicamente, en distintas etapas, distintas cosas y las miradas son
diferentes”, es decir: “Uno mira con un poquito de rabia no haberse avivado
antes, cuando uno tenía 18 años y hasta los 27, que me ordené de cura, una
etapa donde anulé mi sexualidad, entonces ahora digo, pucha, me hubiera gustado
vivir mi sexualidad a esa edad, pero bueno, no es un reproche, es una opción,
fue una experiencia, hoy lo puedo decir porque viví eso otro que hoy considero
que no fue de lo mejor, pero son experiencias, hoy somos lo que somos, andamos
con lo puesto y acá estamos, dando un debate que consideramos muy importante,
no solamente para nosotros sino para el pueblo de Dios”.
Horacio Fábregas, por su lado,
revela en las páginas del libro cómo una monja corrompía seminaristas diciendo
que ella era la Virgen y que besaba en su nombre. También habla de su
desilusión porque casi nadie en la Iglesia respetaba en la práctica el
celibato: “No nos hemos
planteado un trabajo o un objetivo propiamente. Vamos a continuar en la medida
que podamos ir encontrando lugares donde expresarnos, donde contar nuestra
historia y donde poner de manifiesto algunas verdades, que en muchas ocasiones
en la iglesia se oculta”.
A su turno, Lucio Olmos descubre el
sistema de "financiamiento" de los curas párrocos y relata el momento
en que el obispo le pidió que no trabajara y que viviera de los sacramentos.
Además relata con lujo de detalles, su colaboración con la guerrilla y la
persecución militar que le tocó vivir: “Por los distintos lugares en los que hemos andado, por ejemplo en
Salta, dudábamos debido a la gran religiosidad que hay en esa provincia y por
ahí pensamos que podía pasar algo raro. Y fue al contrario. Toda la gente tiene
muchas ganas de dialogar sobre estos temas y surgen muchas preguntas” y recordó
que algunos lugares, como en Rosario y en Río Cuarto les preguntaron, ¿por qué
no dijeron estas cosas antes? A lo cual respondió: “Cada uno escribió su propia
historia, su vivencia. Con (Elvio) Alberione entramos de muy chicos, teníamos
13 años y por suerte a nosotros nos tocó vivir el Concilio Vaticano II, cuando
las puertas se abren un poco más. Allí se llama a una reflexión, a una cosa más
amplia, donde se habla de los curas obreros, de vivir en comunidad, porque
todos hemos nacido del vientre de una madre y por lo tanto estamos limitados a
la falta, por naturaleza; eso sería para no quedarse en tan poco y ayudarse en
hermandad para transmitir un mensaje no repetido, sino con una vivencia por la
inclusión social”.
Elvio Alberione, por su lado, desmenuza
en el libro “Cinco Curas…”, la complicidad de la Iglesia con el golpe del '55 y
analiza, hecho por hecho, por qué la Iglesia usa el mensaje de Cristo como
herramienta de poder. Todos recuerdan su paso por el seminario, las
represiones, expresiones y perversiones sexuales que parecen inevitables y
revelan cómo el clero se esfuerza en permitir que todo ocurra siempre y cuando,
no se conozca.
Sobre los cambios en la Iglesia,
Alberioni se metió en la historia e indicó a La Jornada: “Bueno, depende como
se mire, la Iglesia cambió muchísimo. No quiere cambiar ahora, pero al salir de
la comunidad de los doce Apóstoles a convertirse en una institución del Imperio
Romano ya ese fue un cambio radical, sustancial. Cambio sería retroceder a
esos orígenes. Insisto, no quiere
cambiar ahora. Nace en una etapa en donde estaba centralizado todo el poder
político, por entonces, el Imperio Romano, los sucesivos imperios, después pasa
por los sistemas feudales, todos concentrados. Sin embargo la sociedad
evoluciona a formas democráticas en todo el mundo, pero la Iglesia prefiere
seguir vinculada a eso que le unos cuantos beneficios”.
Sobre la castidad de los
sacerdotes, expresó: “El celibato es una opción y existe en todas las comunidades
y en todo el mundo. Lo que es anormal, si se quiere, en una Institución, es que
sea obligatorio”.
Remarcó que las razones por las
cuales el celibato, incluso, se impone como obligatorio en la Iglesia, “es muy
tardío, allá por el siglo XII, cuando empieza a institucionalizarse y además la
Iglesia Católica tiene sacerdotes casados, los que provienen de los ortodoxos y
que luego volvieron al catolicismo, los anglicanos, que se reincorporan a la
Iglesia de Roma, ya vuelven casados y los acepta así. Estas cosas a veces se
desconocen, pero es así, es la realidad”.
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