martes, 27 de abril de 2010

CACIQUE DIAGUITA-CALCHAQUI RECHAZA FESTEJOS DEL BICENTENARIO

En el marco del Día del Aborigen Americano, un líder indigenista ratificó en San Antonio de Arredondo la permanente lucha de las etnias originarias por la aplicación de la Ley 23.302 y anunció que no participarán de los festejos por el Bicentenario.
La profesora Cristina Vives, directora de la Escuela Juan José Paso, institución que este año cumple su 75º aniversario fue la encargada de recibir el jueves último a los integrantes de la Asociación Indígena de la República Argentina (AIRA), en el marco de la conmemoración del Día del Aborigen, el 19 de abril pasado.
Rogelio Guanuco, Kuraca General (cacique) de la comunidad Diaguita-Calchaquí y presidente de AIRA, dialogó con los chicos y se mostró conmovido por la cálida bienvenida que le brindaron en la escuela primaria de la vecina comuna de San Antonio.
Guanuco, acompañado por Ramón Valdez (de Santa María de Punilla) sostuvo que “No hay nada que festejar”, en referencia al 200º Aniversario de la Revolución de Mayo e insistió en que el gobierno debe cumplir de una buena vez con los reclamos y derechos postergados de los pueblos originarios.
A punto de cumplir 80 años, el respetado cacique, también dialogó con La Jornada y no ahorró críticas ante las autoridades que, dijo, desconocen a las primeras etnias de la Argentina.
“Desde mi gestión y en mi organización estamos visitando siempre los colegios”, expresó. “La Asociación Indígena Argentina hace cuatro décadas que viene funcionando y fue la primera de estas características en todo el país. Visitar las escuelas es el medio que nosotros consideramos ideal en el que podemos encontrar gente que tenga los brazos y los corazones abiertos. Eso es lo que nosotros buscamos para incorporarnos a la sociedad nacional, porque a lo largo de los tiempos hemos padecido mucho las consecuencias del racismo, la exclusión, la marginación y nos cuesta muchísimo insertarnos: Queremos instalar en la gente, que existimos, porque hasta hace 15 años atrás éramos como invisibles. Ahora por lo menos saben de nosotros, a través de nuestra permanente resistencia y lucha, pero siempre con el diálogo y con el consenso”.
Agregó que “el mejor camino es el cultural-educativo, a través de los colegios primarios, secundarios, universitarios y academias, porque donde se forman los jóvenes”.

¿Encuentran mejor recepción en las nuevas generaciones que en las pasadas, que tanto los discriminaron y persiguieron?
Es prácticamente general la aceptación que recibimos, yo diría en un 98%, de los alumnos, ya sean niños (primarios) o bien jóvenes (de secundarios).

¿Siente que se respetan sus Derechos Humanos?
A mi no me han hecho como dirigente, sino que soy un dirigente de sangre, por mi herencia indígena que tengo de padre y madre, desde muy chiquito se lo que es el sufrimiento, padecer y se muy bien lo que se trata cuando hablamos de los derechos humanos. La verdadera militancia por los derechos humanos comenzó con la era Alfonsín, su impulsor.
Pero en la actualidad, me dejó un gran sabor amargo los dirigentes que están ahora, en esta materia. Yo fui varias veces a las reuniones de Callao y Lavalle (Buenos Aires), pero considero que la respuesta ha sido negativa. Mi intención era llevarles la situación de los DD.HH. en los pueblos indígenas. La respuesta ha sido, de algunos, el silencio, de otros: el desinterés directo y verbal y de los restantes, que es lo que más me afectó, que –ellos- defendían los derechos de quienes estuvieron detenidos y desaparecidos de la pasada dictadura militar: “Ustedes no están en carpeta”, nos dijeron.

¿Y en el Inadi?
El trato fue igual, lamentablemente, un desinterés total para los indígenas. Es cierto, debo reconocer, han hecho mucho y han instalado los derechos humanos para los otros sectores y en profundidad; y me animo a decir, más allá de lo que muchos esperaban e imaginaban.

¿Y este gobierno?
Es una copia de todos los otros gobiernos, con diferencia de matices, en más o en menos, en cuantos a los derechos que tienen las naciones indígenas. Soy ciudadano argentino con todo orgullo pero pertenezco a la nación (etnia) Diaguita-Calchaquí y mi interés es que se respete mi cultura dentro de la cultura dominante de este país.

¿Y porqué la indiferencia hacia ustedes? Estarán tocando algunos intereses?
Con muchos dirigentes amigos, pero verdaderos dirigentes, porque dirigente se nace, no se hace (igualmente cada uno es responsable de sus hechos y de sus actos).
Los derechos humanos para los indígenas no existen.
Creo hay intereses muy poderosos y manejados por poderosos atrás de la cortina del escenario de nuestras transitorias autoridades, las de más arriba, hasta el último funcionario del Estado.

¿Qué intereses o poderes?
Económicos… pero no solamente estos, sino también el poder de la preponderancia cultural.
Siempre hemos estado mirando culturalmente a Francia y a Inglaterra, comercialmente. Tal es así que de ambos países con sus dos idiomas, los que dominan al mundo.
En ese sentido nuestros dirigentes estamos unidos, tanto aquí como en toda Latinoamérica, porque aún no nos consideramos libres, porque consideramos que la libertad de individuo, del ser humano, se tiene cuando se es hacedor de la voluntad de su inteligencia o de su fuerza física para brindarlo a todos los demás, beneficiarse a sí mismo y a sus familias. Y máxime como nosotros, que vivimos en comunidades, que tenemos principios que no los tiene la cultura occidental judeo-cristiana. Uno de los principios de éstos últimos es la propiedad privada. La cultura romanista considera que la tierra es de su propiedad, hasta los seres humanos.

Con esta posición no se les restituyen sus tierras…
Se han quedado con lo que ellos creen les pertenece. Y lo peor es la tendencia al acumulamiento de riqueza aún en la desgraciada situación de otros, e incluso de sus propias familias. Es decir, sin límites. Casi como una enfermedad. Como si fuera un virus que carcome la inteligencia y los sentimientos del ser humano, porque toda esa capacidad intelectual que tienen los humanos y que la naturaleza misma le dio, las manejan para otras cosas.

¿Y cuál su posición respecto de los festejos con motivo del Bicentenario?
Festejar el bicentenario: Otra gran mentira. Es cierto, hay algunos dirigentes hermanos que están acompañando esos festejos. Mi organización y otros dirigentes líderes, pensamos que no tenemos nada que festejar, ni nada que recordar.
Lo que sí queremos recordar que seguimos siendo invisibles, porque las normas jurídicas no nos reconocen, aprobadas por el Congreso de la Nación y otras tantas por organismos internacionales como la ONU o la OEA.
En Argentina tenemos una Ley, con 25 años de existencia. Con el nacimiento de la democracia nació esta norma, la Ley 23.302 con su reglamentación a través de su decreto 155 de 1989.
Se trata de la Ley de Política Indígena y Apoyo a las Comunidades Aborígenes, implícita en sus articulados el derecho a la salud, la educación, al trabajo, escrituración de sus tierras y al reconocimiento pleno. La Ley está vigente pero no se aplica.

¿Y en tal sentido que acciones han encarado ustedes?
Iniciamos juicio en 1991, es decir, se van a cumplir 20 años de esto. Lo llevamos con nuestros representantes, propios, ante las NN.UU. (en Ginebra, Suiza), con los representantes del Consejo Indio de Sudamérica (de las cuales soy uno de sus dirigentes) y debemos decir que hay tres sentencias de la Cámara Federal, Administrativa y Contencioso, de Segunda Instancia y también de Primera Instancia. Incluso se dispuso una multa de 200 pesos por día.

DIA DEL ABORIGEN AMERICANO
El Día del Aborigen Americano se celebra cada año en conmemoración del Congreso Indigenista Interamericano reunido en México el 19 de abril de 1940, convocado en Patzquaro (estado de Michoacán) por el entonces presidente Lázaro Cárdenas, que era descendiente de aborígenes. Se reunieron entonces por primera vez representantes de la mayoría de las culturas indígenas de nuestro continente para analizar su situación y buscar un camino común ante las adversidades que enfrentaban. Como resultado de la reunión, se fundó el Instituto Indigenista Interamericano, que tiene su sede en México y depende de la OEA.
Argentina reconoció esa fecha por medio del decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº 7550, de 1945. Sin embargo, los derechos de los aborígenes argentinos estuvieron lejos de ser una prioridad de los gobiernos nacionales durante el resto del siglo XX. Con la reforma constitucional de 1994, esa tendencia pareció comenzar a cambiar, pues el artículo 75 incluyó entre las responsabilidades del Congreso Nacional.

1 comentario:

Anónimo dijo...

really an eye opener for me.

- Robson