Desde hace casi medio año, una academia de folklore barrial se ha transformado en el suceso del sur de la ciudad.
Se trata de la agrupación “Raíces de mi tierra”, que funciona bajo la órbita del centro vecinal Miguel Muñoz “B” y que ya tiene más de 150 alumnos.
Bajo las órdenes del profesor Jesús Flores y sus tres ayudantes, María Vila, Vanesa Oliva y Diego Vila entrenan permanentemente en la denominada “Casa de los arcos”, ubicada sobre la costanera del barrio, al lado del puente de calle Los Gigantes.
En sus galerías practican con gran disciplina, todos juntos, 110 chicos y más de 40 adultos, desde los 4 hasta los 60 años de edad.
Judas Ramos, presidente del centro vecinal aseguró que “gracias a la juventud y su empuje podemos hacer esto que estamos haciendo: Sólo piensan en bailar folklore y es por eso que nosotros, además de ayudar a los que hacen fútbol, colaboramos y respaldamos la práctica de nuestro folklore, una forma más de mantener activa, sobre todo a nuestra juventud y alejada de los vicios”.
Ramos sostuvo que se trata de ayudar a cada una de personas que hacen algo por el barrio. “Gracias a Dios, cada día que pasa vemos el progreso y como crecemos. Afortunadamente todos los días se anota un chico nuevo. Y aquí tenemos participantes de barrio Colinas, de La Quinta y hasta de Tanti”, indicó la autoridad vecinal.
Tanto la academia como el centro vecinal agradecieron los colaboraron para poder comprar la indumentaria de los alumnos, como así también del equipo de música; éste último con una inversión de más de 1500 pesos. A su vez resaltaron el esfuerzo de Maxiliano Farías, de la Comisión de Apoyo de la academia, secundado por “Caruso” Vila.
“Raíces de mi tierra” está a la espera de ser convocada desinteresadamente por todos quienes deseen contar con ellos, según confirmaron los responsables de la agrupación.
Se trata de la agrupación “Raíces de mi tierra”, que funciona bajo la órbita del centro vecinal Miguel Muñoz “B” y que ya tiene más de 150 alumnos.
Bajo las órdenes del profesor Jesús Flores y sus tres ayudantes, María Vila, Vanesa Oliva y Diego Vila entrenan permanentemente en la denominada “Casa de los arcos”, ubicada sobre la costanera del barrio, al lado del puente de calle Los Gigantes.
En sus galerías practican con gran disciplina, todos juntos, 110 chicos y más de 40 adultos, desde los 4 hasta los 60 años de edad.
Judas Ramos, presidente del centro vecinal aseguró que “gracias a la juventud y su empuje podemos hacer esto que estamos haciendo: Sólo piensan en bailar folklore y es por eso que nosotros, además de ayudar a los que hacen fútbol, colaboramos y respaldamos la práctica de nuestro folklore, una forma más de mantener activa, sobre todo a nuestra juventud y alejada de los vicios”.
Ramos sostuvo que se trata de ayudar a cada una de personas que hacen algo por el barrio. “Gracias a Dios, cada día que pasa vemos el progreso y como crecemos. Afortunadamente todos los días se anota un chico nuevo. Y aquí tenemos participantes de barrio Colinas, de La Quinta y hasta de Tanti”, indicó la autoridad vecinal.
Tanto la academia como el centro vecinal agradecieron los colaboraron para poder comprar la indumentaria de los alumnos, como así también del equipo de música; éste último con una inversión de más de 1500 pesos. A su vez resaltaron el esfuerzo de Maxiliano Farías, de la Comisión de Apoyo de la academia, secundado por “Caruso” Vila.
“Raíces de mi tierra” está a la espera de ser convocada desinteresadamente por todos quienes deseen contar con ellos, según confirmaron los responsables de la agrupación.
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