Bomberos, 45 años de entrega y valor
El Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Villa
Carlos Paz festejó el lunes 26 de setiembre pasado, el 45º de su fundación.
Por entonces, verdaderos pioneros y
visionarios ponían la piedra fundamental de una institución que a través de los
años se transformaría en uno los pilares de la comunidad carlospacense.
En la actualidad la entidad de calle Koch es
presidida por Mario Lorenzatti, en tanto su Cuerpo Activo por el comandante
Marcelo Zornada.
Zornada, ingresó al cuartel hace 36 años y
desde entonces no se pudo alejar de esta agrupación, que tanto ha dado y
servido a la comunidad y a la región.
Capacitado en diversos países del mundo,
Zornada es considerado un verdadero profesional en su especialidad y es
habitualmente consultado e invitado a capacitar en cuarteles, entidades y
municipios de toda la provincia, del país e incluso del exterior.
El acto conmemorativo a esta fecha tan
especial se realizará el día 14 de octubre, en horas de la tarde y en el propio
cuartel. En la oportunidad y a pedido de la Federación de Bomberos Voluntarios
de la Provincia de Córdoba, se va a descubrir una placa en homenaje a Aldo
Avilés, que fue integrante de la Comisión Directiva de la Federación y ese día estarán
toda la cúpula en pleno, presente de la Federación.
Zornada dijo que la Federación sintió mucho la partida de Avilés: “Se realizará
en el cuartel en horas de la tarde un reconocimiento a tantos años de trabajo
de una persona que ya no está entre nosotros”. Y agregó: “Avilés ha sido un
pilar muy importante en esta institución. Me tocó trabajar más de veinte años
con él en la institución. Sé que él ya venía trabajando desde hace mucho tiempo
y ha sido una pérdida, su muerte que todos la sentimos mucho”.
¿Avilés fue uno de
los fundadores?
No, desde los comienzos fue un colaborador
pasivo, pero hace unos veinte años atrás se unió activamente y llegó a ser
presidente de la institución por mucho tiempo. En los últimos años pasó a
formar parte de la Mesa Ejecutiva de la Federación de Bomberos y también fue delegado
de la Regional.
El tiempo que compartimos fue etapa que la
tuvimos que pelearla mucho, luchar contra muchas cosas que nos tocaron vivir.
Aldo (Avilés) siempre estuvo al lado nuestro y atravesamos tantas cosas para
poder sostener el cuartel, que sería como para escribir un libro. Y se hizo,
con altura, con altruismo, con honor y con un montón de cosas que en el momento
del balance que uno hace, vemos todo el sacrificio que se hizo para cumplir con
la misión del bombero voluntario, en una época la de hoy, donde lamentablemente
los valores ya van cambiando, porque estamos viviendo en otra sociedad.
¿El balance
siempre es positivo?
Nunca ha habido diferencias entre el Cuerpo
Activo y la Comisión Directiva, porque cuando uno planifica, organiza, dirige y
controla, está tomando esas cuatro funciones básicas como administrador, que
permiten lograr armonizar los objetivos para lo cual fue creada la institución.
De allí es donde después de generan las estrategias. Todo esto lo desarrollamos
en los últimos 20 años: Primero acentuando lo que es capacitación (para cambiar
el desempeño del bombero), después los materiales, posteriormente lo que es
infraestructura y comunicaciones.
¿Los valores ya no
son los de antes, pero se ha mejorado en recursos?
Los recursos cambian de acuerdo al riesgo que
tiene una ciudad, por eso tiene tanta importancia el plano de riesgo que tiene
una ciudad, para determinar qué tipo de recursos son lo que hace falta para
responder a un rescate o a un incendio. Carlos Paz tiene etapas de explosiones
demográficas que son realmente muy significativas y que no se han dado en otros
lugares.
En verano, por ejemplo tenemos un promedio de
alrededor de 250 mil habitantes que dan vueltas dentro de la ciudad y eso es un
riesgo muy alto. Cuando el riesgo se incrementa va en función de la amenaza y
la vulnerabilidad. Podemos tener amenazas naturales como no naturales, pero como
la sociedad está preparada ante esas amenazas (factor externo) es lo que marca
la vulnerabilidad. Lo que pasó en Japón es el claro ejemplo, con una amenaza
natural y una no natural, como fue la de la central nuclear. Todos los mecanismos
de respuesta fallaron, pero la baja vulnerabilidad (una sociedad preparada)
hizo que el problema no fuera mayor. Por lo tanto, la variable del riesgo se la
fue bajando con la vulnerabilidad. Eso es lo importante, cuando una comunidad
se va preparando a través de los años, porque acepta vivir en el lugar donde
está. Eso se llama riesgo aceptable. Cuando aceptamos vivir en una ciudad como
Carlos Paz, la aceptamos con las amenazas que tiene.
¿Y en ese plano
estamos los carlospacenses preparados?
La gente de acá tiene una gran conciencia de
seguridad. Hemos visto en incendios muy serios, como por ejemplo uno, no hace
mucho tiempo, en Villa Independencia, a las 4 de la madrugada cuando los
propios vecinos empezaron a sofocar un principio de incendio y de no haber sido
por ese trabajo que hicieron hubiera sido imposible después sofocarlo. Y eso se
logró porque la gente tomó conciencia que el incendio forestal es una amenaza.
Y se comprometió en el acto. Trabajaron con lo que pudieron y fue el 70 % de la
operación. Y esto es para lo que trabajamos veinte años en forma ininterrumpida
con Aldo (Avilés). Y estamos viendo los resultados.
¿Y el rol del
Estado municipal en todos años como ha sido?
La seguridad siempre es una política de
Estado y en 36 años que estoy en los bomberos de Carlos Paz podría decir que la
institución no se puede medir ni por política, ideología ni religión (incluso
lo tenemos por Estatuto, por preámbulo y por la Ley del Bombero). Nos llaman y
tenemos que salir. En ese contexto y como fue evolucionando el riesgo,
instituciones como estas no han estado ajenas a la situación económica del
país. Hasta los ´90 teníamos mucho apoyo, vino la hiperinflación y
prácticamente liquidó la institución. Seguridad, educación y salud son
políticas de Estado. Posteriormente hemos tenido procesos de amortiguación que
siempre han requerido de sus análisis. Con este último gobierno, uno no puede
decir si la postura que se ha tenido respecto a nosotros ha estado bien o mal.
Se trata de puntos de vista.
Y A nivel Provincial?
Cuando el gobierno provincial toma el tema de
los incendios forestales como una amenaza, aún a nivel internacional no estaba
considerado como tal. La Provincia se adelantó en esta materia y te lo dice
alguien que es parte de un grupo que pertenece a Naciones Unidas en búsqueda y
rescate y en el 2004, la ONU ni veía como amenaza a los incendios forestales
(lo tomaban como una situación cultural).
Pasa a ser amenaza después que encargaron
estudios sobre lo que quedaba forestado en el planeta. Es fundamental lo que
hizo el gobierno cordobés, considerar que cualquier columna de humo sea
considerada un incendio forestal.
¿Y para el futuro,
cuáles son las prioridades?
Desde 1994 estuvimos con Aldo Avilés
trabajando en este proyecto de descentralizar y ante el crecimiento de la
ciudad, vimos la necesidad de crear dos subestaciones. Por entonces hicimos un
mapa de riesgo y hasta el lugar físico donde debían estar las dos estaciones. Y
tomando los “tiempos muertos” nos dieron los lugares donde debíamos estar y así
no demorar más de tres minutos en llegar a una emergencia.
Al así genera un costo, se requiere organizar
todo eso, porque hay que triplicar el servicio. El programa está, será un
proyecto cuando logremos la financiación.
¿Cuál es el
mensaje que le daría a la comunidad por este aniversario tan especial?
A la comunidad, agradecer el apoyo, porque el
voto de confianza que nos han dado nos satisface y nos empuja a seguir en esta
profesión que es la de ser bombero voluntario. Si no hubiese sido por el apoyo
de la gente sería imposible seguir, porque hay mucho desgate estando al frente
de una institución así.
Con quienes me ha tocado trabajar, decirles
que la institución es una sola. Y en un trabajo en el equipo el éxito es de
todos. No tiene precio haber estado rodeado de la gente que ha pasado y está en
la institución.
El objetivo siempre ha sido proteger vidas y
bienes y eso se ha logrado. Y tengo que agradecer
especialmente a mi familia, que a veces he tenido que dejarla sola, para salir
a las 3 o 4 de la madrugada por una alarma.
Pablo Calamita, el bombero de alma
El Teniente Pablo Calamita es uno de los
efectivos más queridos de la institución. Está siempre y su apoyo es
incondicional, todo el tiempo y para lo que sea.
“Entré en 1980. Recuerdo que hacíamos
instrucción en la parte vieja y de a poco empezamos a construir lo que es ahora
este nuevo cuartel. Recuerdo muy bien cuando se volteó la parte vieja y se
empezó con el nuevo edificio”, explica con tono nostálgico, Pablo Calamita a La
Jornada.
A la hora de recordar los comienzos, recuerda
que tenía un primo en Buenos Aires, bombero voluntario de Quilmes (Buenos
Aires), “y servir a la patria siempre había sido mi sueño. Como no pude hacer
el servicio militar, mi primo me ayudó para después poder entrar a los bomberos
de Carlos Paz”.
Los bomberos muchas veces se enfrentan a
grandes peligros. Seguramente este ha sido el más recordado por Calamita: “En
el 2003, hubo un siniestro muy grande en el campo de los Garayzabal: Marcelo
(Zornada) y yo nos metimos con la unidad R9 y un momento el frente de fuego
hizo como un cuadrado y nos cerró. Se nos quemaron los cascos y ese momento los
dos casi perdemos la vida. ¿Si tuvimos miedo? No porque uno se da cuenta que
tiene que arriesgar la vida esté donde esté, porque el bombero se tiene que
esforzar para salvar vidas”.
En estos 45 años del cuartel, el bombero
agradeció el apoyo de la gente pero hizo un llamado de atención para algunos:
“No sean injustos con nosotros, conozcan un poco más el esfuerzo y el
sacrificio que hacemos. Por el orgullo de cuidar a la gente hacemos lo que sea,
incluso, arriesgando nuestras propias vidas. Y quien tenga el sueño de ser
bombero, que no dude y lo sea, que sea valiente y no se va a arrepentir”.
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