domingo, 13 de abril de 2008

Los 25 años de la Escuela Álvarez Condarco: Educando, para dejar de ser “grises”


Siempre es una buena noticia que un colegio cumpla años. Y en el caso de la Escuela Álvarez Condarco se transforma en todo un acontecimiento, por ser un verdadero ejemplo del triunfo de la educación pública en uno de los sectores más humildes, olvidados y postergados de la ciudad.
La institución se prepara para festejar sus Bodas de Plata. Justamente el color “plata” que parece contrastar con el apodo de “gris” o popularmente conocido como “barrio gris” a este sector habitacional ubicado entre la Avenida Honduras y la costa del río y en los límites entre los centros vecinales de El Canal y Los Algarrobos.
A través de este cuarto de siglo, el establecimiento de calle Igualdad logró no sólo inundar de guardapolvos “blancos” la barriada “gris”, sino además insertarse entre la población para ir mucho más allá de ser el espacio donde se imparte la instrucción pública de nivel inicial.
Cada uno de los alumnos de los dos turnos de la escuela de San Ignacio luce prolijo su uniforme para concurrir a la escuela que aman y seguramente nunca olvidarán. No bajan de camionetas 4x4, llegan caminando de la mano de sus padres o bien en bicicleta.
Es el espacio que tienen como “segundo hogar”, porque allí estudian, desayunan, almuerzan y toman la merienda. Es allí donde cada una de las abnegadas docentes que conforma el plantel de maestras que dirige la directora, Nora Pacheco, ganan la pulseada y reciben a cambio el mejor de los premios, la sonrisa y el cálido beso de estos niños, que confían y creen en ellas, casi, casi, tanto, como si ellas fueran su “segunda mamá”.

¿Cómo fueron los comienzos de esta escuela?
Cuando el colegio nació yo por entonces era maestra de grado en la Escuela Juan José Paso de San Antonio de Arredondo.
Por entonces la primera directora de la flamante Escuela Álvarez Condarco fue Azucena Avesilla, ahora docente jubilada.
Yo asumí como directora en 1992, siendo la primera que accedió por el sistema de concurso, pero la tercera a lo largo de su historia, ya que después de Azucena, fue designada Amelia Alverione (por entonces, la docente más antigua del colegio).

¿Cómo cree que la sociedad local mira a una institución como la Escuela Álvarez Condarco?Recuerdo que cuando era maestra de grado en San Antonio recién se comenzaba a hablar del barrio San Ignacio, que tuvo un crecimiento demográfico escaso, respecto de otros barrios nuevos como por ejemplo Colinas. A veces uno siente que el barrio donde está nuestra escuela no es conocido por la mayoría de los carlospacenses.
¿Cuántos alumnos concurren a este colegio?
Aproximadamente 135, la mayoría de los cuales viven a pocas cuadras a la redonda del edificio escolar. En este sector hay 55 casas y a lo sumo tenemos algunos alumnos de la costa del río, como los más alejados.
¿Ustedes se topado con niños desnutridos o víctimas de algún tipo de violencia familiar?Negar la desnutrición sería absurdo. Es una realidad que tenemos que asumir, porque nos golpea a todos. Hubo una época donde la escuela se vio afectada por algunos casos. Estamos hablando de la Argentina del 2001, donde teníamos situaciones muy conmocionantes y puntuales.
Por suerte, a través de los planes solidarios (para los padres) y el enorme trabajo del PAICOR en la escuela (para los niños) hizo que ese cuadro de situación no se masificara.
¿Para usted cuál es rol del docente?
Los docentes nos comprometemos en todos los ámbitos de nuestra gestión. Sabemos que trabajar como docentes y hasta la propia escuela, son lugares de lucha. Porque tenemos que combatir, ante una sociedad, a veces carente de solidaridad, con muestras de agresión extrema. Nosotras vivimos impactadas por casos de adolescentes que están dentro del sistema educativo y sufren agresiones físicas, pero no precisamente en nuestra escuela, donde a veces se la quiere caracterizar o relacionar con esos casos. En realidad la violencia está generalizada, pero nuestros alumnos son tranquilos y trabajamos realmente en un ambiente de gran cordialidad. Me gustaría que toda Carlos Paz nos visite y observe lo que pasa en las aulas de nuestro colegio, en los recreos, que se vea como se disfruta de la música o del trabajo con el arte. Son niños y tienen esa mirada asombrada ante el conocimiento que el docente le acerca. Cuando nuestras maestras, en materia de estrategias docentes, busca la motivación, explorar el asombro infantil, aplica prácticas educativas incentivadotas, de afecto, junto al conocimiento, ahí la violencia desaparece.
¿Por qué cree que se registran algunos casos de violencia?
Evidentemente la violencia está en los adultos, en hogares violentos (que hay muchos lados), pero en la violencia que significa a veces no tener el tiempo necesario para dedicarle a los hijos. Y me pongo como ejemplo, que por dedicarle tanto tiempo a mi escuela, estuve y estoy mucho tiempo ausente en mi hogar y esa es una forma de generar violencia. Y lo se porque mis hijos nos hacen recordar esas ausencias. Es un poco la consecuencia de la independencia de la mujer, de los tiempos que estamos viviendo. Por lo tanto, hay componentes violentos en muchas situaciones, algunos, claro, de gravedad extrema y otros que se ocurren, producto de que la mujer trabaje afuera. Otros casos también tienen que ver con la violencia económica que vivimos todos los días. Lo que siempre hay rescatar es la esperanza. Es decir, pararse y posicionarse frente a las situaciones de la vida, porque allí está la esperanza.
¿Le ha tocado enfrentarse con casos tan duros que le quitaban las fuerzas para seguir?
Jamás. Yo pienso que la mujer tiene que salir adelante y ante cualquier situación tremenda o adversa, responder con una sonrisa, un abrazo y seguir luchando. Tener una mirada con esperanza, para gritar: ¡Nada nos puede hacer bajar los brazos! Insisto, la escuela es un lugar de lucha, donde nos tenemos que posicionar con energía, con alegría, con entusiasmo y con optimismo, porque estamos trabajando ante el material humano más hermoso: los niños.
¿A veces ustedes se sienten, un poco, como la segunda madre de sus alumnos?
El rol del docente, es ser docente. La maestra está para tratar que el niño aprenda a ver al mundo con todas las herramientas posibles. Aprender el mundo con una caricia, con una mirada tierna, pero sin confundir los roles. Una es mamá en casa y cuando está delante de un grado es docente. Allí en el aula se produce la dialéctica entre el alumno y el docente, en donde los dos están transitando juntos el camino del descubrimiento profundo del conocimiento y del mundo en el que estamos. Nada ni nadie puede suplantar esos roles. Si alguna situación especial lo requiere, el docente está preparado para contener y si eso no alcanza también están los profesionales del equipo psicopedagógico del municipio o bien los psicólogos del Hospital Sayago.
¿Cómo se encuentra el edificio escolar?
Estamos bien y si algo pasa o se nos rompe, con los padres estamos arreglando permanentemente el edificio.

La Escuela Álvarez Condarco cumple 25 años de vida el 19 de abril próximo y los festejará con un acto especial el día 25 a las 9,30, con la presencia de ambos turnos y la invitación para que todas las familias y vecinos de San Ignacio, o de la barriada “Gris” se acerquen. Para conmemorar juntos y entre guardapolvos blancos, que el color “gris” quedó atrás.

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