Un accidente registrado días atrás en Irigoyen y 25 de Mayo reavivó la polémica sobre la peligrosidad de estas calles ubicadas en la zona del residencial barrio de Villa Domínguez.
A media mañana una camioneta y un repartidor de helados impactaron en esta intersección. Incluso uno de los vehículos dio varios tumbos.
Esto ocurrió frentes a varios comercios, principalmente despensas, kioscos y tiendas.
Tras el choque los vecinos embistieron contra los inspectores municipales que acudieron al lugar ante el siniestro. El reclamo era el mismo de hace meses y años: Las prometidas lomadas de burro, de las que nada se sabe aún.
El área se ha transformado en un mix de barrio residencial con un pujante sector comercial. Ante este panorama la Avenida Hipólito Irigoyen dejó la tranquilidad de otros tiempos para transformarse en una peligrosa arteria, cuyo riesgo se intensifica en fines de semanas y en “horarios pico”.
La mayor preocupación de los vecinos es que uno de estos choques tenga trágicos desenlances, teniendo en cuenta que muchos niños todavía tienen la costumbre de jugar a la pelota en plena calle y por otro lado muchos ancianos transitan por las calles aún sin advertir los nuevos peligros que pueden sufrir.
Para los jóvenes automovilistas, Irigoyen es casi la pista “ideal” para las picadas o bien desarrollan altísimas velocidades, apresurados por llegar cuanto antes a la cercana Av. Costanera.
Tanto el centro vecinal como los propios habitantes consultados recordaron que el Concejo de Representantes aprobó en octubre pasado, una iniciativa de setiembre de la edil Ana Chiodi, quien haciéndose eco de estos reclamos logró el apoyo de los demás concejales y sancionó una ordenanza que daba un plazo al municipio para que construyera dos lomadas en esta zona, una en Irigoyen y Avellaneda (cercana al IESS) y la otra en Irigoyen y 25 de Mayo.
Como hasta el momento las lomadas no se hicieron se insistiría con este pedido ante la Secretaría de Obras y Servicios Públicos de la administración municipal.
A media mañana una camioneta y un repartidor de helados impactaron en esta intersección. Incluso uno de los vehículos dio varios tumbos.
Esto ocurrió frentes a varios comercios, principalmente despensas, kioscos y tiendas.
Tras el choque los vecinos embistieron contra los inspectores municipales que acudieron al lugar ante el siniestro. El reclamo era el mismo de hace meses y años: Las prometidas lomadas de burro, de las que nada se sabe aún.
El área se ha transformado en un mix de barrio residencial con un pujante sector comercial. Ante este panorama la Avenida Hipólito Irigoyen dejó la tranquilidad de otros tiempos para transformarse en una peligrosa arteria, cuyo riesgo se intensifica en fines de semanas y en “horarios pico”.
La mayor preocupación de los vecinos es que uno de estos choques tenga trágicos desenlances, teniendo en cuenta que muchos niños todavía tienen la costumbre de jugar a la pelota en plena calle y por otro lado muchos ancianos transitan por las calles aún sin advertir los nuevos peligros que pueden sufrir.
Para los jóvenes automovilistas, Irigoyen es casi la pista “ideal” para las picadas o bien desarrollan altísimas velocidades, apresurados por llegar cuanto antes a la cercana Av. Costanera.
Tanto el centro vecinal como los propios habitantes consultados recordaron que el Concejo de Representantes aprobó en octubre pasado, una iniciativa de setiembre de la edil Ana Chiodi, quien haciéndose eco de estos reclamos logró el apoyo de los demás concejales y sancionó una ordenanza que daba un plazo al municipio para que construyera dos lomadas en esta zona, una en Irigoyen y Avellaneda (cercana al IESS) y la otra en Irigoyen y 25 de Mayo.
Como hasta el momento las lomadas no se hicieron se insistiría con este pedido ante la Secretaría de Obras y Servicios Públicos de la administración municipal.
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