martes, 17 de noviembre de 2009

LUCHANDO, HASTA PARA PODER VER


Villa Carlos Paz, ciudad de luminarias y turismo, crecimiento y desarrollo, también contiene entre su población, habitantes que luchan hasta por lo más elemental: Un plato de comida.
Es el caso de Juan Pérez (49), sí paradójico nombre para alguien que además de tratar de conseguir algún alimento para poder sobrevivir, su principal sueño es recuperar la vista.
Juan Ramón Pérez hace casi 20 años reside en nuestra Villa y actualmente habita en una precaria construcción en el Pasaje Jenner.
Junto a él se encuentran unas diez familias, casi todas con las mismas necesidades de Juan, aunque la situación más dura sin dudas se la lleva él, ya que la ceguera le impide reinsertarse en la sociedad, al menos para “hacerse unas changas”, como añora.
Hace mucho que no ve a sus dos hermanas, que viven en algún paraje serrano, que Juan dejó para buscar en la ciudad “ser alguien”.
En Villa Carlos Paz trabajó mucho tiempo cargando camiones. Por aquellos tiempos vivió con un primo y posteriormente éste le pidió que cuidara a la tía, convaleciente.
Pasaron los años y cuando esta mujer falleció debió dejar la casa y se instaló con lo que pudo, en el Pje. Jenner.
En este lugar, rodeado por viviendas de alto poder adquisitivo, se ubica Juan y otras 10 familias. Todos viven en condiciones de extrema pobreza y marginalidad.
Una de sus humildes vecinas por ejemplo, tiene nueve hijos y se encuentra prácticamente postrada por un ataque de vesícula.
Juan, que por la sufrida vida que lleva aparenta mucha más edad de la que tiene, sufrió hace unos años un tremendo accidente: Trabajando se le incrustó un clavo en uno de sus ojos. Y nada pudieron hacer los médicos.
Con el correr del tiempo su otro ojo se vio afectado por cataratas y ya en la actualidad la visión en éste último es prácticamente nula.
A media cuadra de Perito Moreno, la coqueta costanera de El Fantasio, vive este hombre, que en realidad sobrevive gracias al poco alimento que le acercan sus vecinos, que ya de por sí apenas si comen.
Juan y sus vecinos, construyeron estas precarias viviendas, con lo que consiguieron, algunos ladrillos, tirantes, nylon y lonas.
El piso es de tierra y lo que parecían baños, dejaron de funcionar hace tiempo y están ahora colapsados. El olor nauseabundo es moneda corriente en el lugar, como así también la suciedad, aunque los vecinos tratar de sobreponerse a este duro entorno habitacional, con lo que les queda de dignidad.
Perros, gatos y gallinas deambulan entre los líquidos cloacales, lo que pinta un panorama desolador, en donde sólo las moscas parecen sentirse a gusto.
Frente a estas víctimas de la indeferencia de muchos, las damas de dos instituciones de servicio, como son el Club de Leones Lago San Roque y Cáritas, se unieron para tender su mano a Don Juan.
Los trozos de goma-espuma que utilizaba como colchón ya fueron cambiados por un colchón nuevo, con sábanas y frazadas.
También se le acercó todo tipo de alimentos y lo que es más importante, el sueño de recuperar la vista puede hacerse realidad.
Un grupo de mujeres de estas dos instituciones solidarias, le confirmaron que sería operado de cataratas en la Clínica Maldonado Bass de Córdoba.
Se trata de una cirugía con un costo de unos tres mil pesos, que absorverá en insumos la entidad de Leones, mientras que el establecimiento sanitario donará por completo su atención.
Juan necesita antes de ser operado la aplicación de unas gotas especiales cada cuatro horas, ya que de lo contrario corre riesgo de infección el ojo que está presto a ser operado.
Las damas de estas entidades se mostraron sorprendidas por la falta de atención del Estado a este vecino y dijeron que lamentablemente éste no es el único caso donde se produce “abandono de persona”.
Según trascendió ninguno de estos vecinos reciben aportes o ayudas por parte de servicios sociales, ya sean del Gobierno Provincial como municipal.
Mientras Juan, como sus vecinos, esperan que “alguien” se acuerde de ellos, a muy pocos metros, en El Fantasio, y en apenas algunas semanas, comenzará a poblarse de turistas y visitantes de todos los puntos geográficos del país.
Muy cerca estarán entonces dos realidades enfrentadas, en una ciudad donde conviven todo tipo de postales y donde los carlospacenses seguimos “descubriendo” como existe otra Villa Carlos Paz, con necesidades y extrema pobreza, muy cerca de todos.

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