Matías forma parte de esa generación de argentinos que para lograr conseguir sus metas y crecer no reconocen fronteras.
Aunque algo tímido, Matías Hereñú, que ahora tiene 28 años, empujado por el coraje y la fortaleza que caracteriza a los rugbiers, se fue del país y desde el 2006 está en Europa, donde ya militó en un club de Verona (Italia) y en otro de Irlanda.
Prefirió volver a su tierra en estos meses, en lugar de disfrutar del verano del hemisferio norte, mientras piensa en su futuro: Si volver a la Gran Bretaña, aceptar una nueva oferta del club italiano o bien radicarse en Francia, donde también hay interés en su juego.
¿Cómo fueron tus comienzos en el rugby?
Desde los 6 años. Empecé muy chiquito en el Carlos Paz Rugby Club (CPRC) y allí estuve hasta los 18. Estudié siempre en el IESS, desde Jardín de Infantes hasta ser Promoción 98 del secundario.
Ya entre los 18 y los 25 años jugué en el Jockey Club de Córdoba y después vino la posibilidad de buscar otros horizontes.
¿Cómo surgió la posibilidad de jugar en Europa?
En febrero del 2006 me fui ya con el contacto para jugar en el Cus Verona, un club del Norte de Italia, que me contrató por dos meses y medio. Después terminó el campeonato y vine los tres de meses de receso de allá para mi país.
En agosto el mismo club me volvió a llamar. “Queremos que vuelvas”, me dijeron y eso hice pero ya con un contrato por todo un año.
Este es un club que milita en la segunda división de la Liga Nacional Italiana.
Soy conciente que no éramos de lo mejor de la Liga, ni estábamos en la punta, pero como experiencia fue muy valiosa, tanto en lo deportivo como en lo humano.
Digamos que mi club era semi profesional, no todos los jugadores cobraban por lo que hacían.
¿Aprendiste mucho?
No se si aprendí mucho en cuanto al rugby. Yo aquí jugaba de win y apenas llegué me hicieron jugar en otra posición, 13 (centro). Pero me adapté porque en Argentina algunas veces había jugado de 13.
¿Es muy diferente el rugby?
Mirá, los equipos que están en la punta si, se ve la diferencia. Donde yo jugué en Italia se podría decir que era el mismo nivel que acá
Pero la Primera División del rugby italiano si es mejor y muy dura.
En Italia el rugby es mucho más físico, es uno de los rasgos que tiene el rugby italiano. Todo el mundo lo dice, es un rugby de mucho contacto, donde a veces la técnica y lo táctico pasa a un segundo plano.
¿Cómo pasás de un club italiano a otro irlandés?
Pasé el verano en España y ya había contactos para ir a Irlanda.
En Irlanda no estuve en un club de la capital, sino en una pequeña localidad, en el Longford Rugby Club. El lugar tenía unos 20 mil habitantes y estaba en el medio de la isla.
En este lugar es muy natural practicar rugby, a diferencia de Italia. En Irlanda los niños lo practican en escuela y después hasta en las universidades. Es como el fútbol acá. Irlanda tiene una verdadera cultura de rugby.
En Irlanda estuve seis meses hasta que me vine ahora.
¿Cómo fue adaptarte a vivir, tanto en Italia como en Irlanda?
Me fue más difícil adaptarme, empezando por el idioma en Irlanda. Pero me vino bien porque ahora lo hablo y entiendo perfectamente. Yo tenía una buena base de inglés, pero allá lo hablan muy rápido y de una forma muy cerrada. En Italia ya a los dos meses entendía todo perfectamente en italiano, porque es un idioma muy parecido al nuestro.
En Italia hice muchos amigos. Argentinos que viven allá e italianos nativos también. Me hicieron sentir siempre que era uno más y no tuve ningún problema de adaptación
En Irlanda se vive más clima de rugby y, por ejemplo, me tocó estar allá cuando se jugó el “Seis naciones”. Ví los partidos de Irlanda-Francia, Irlanda-Argentina y era conmovedor estar en los estadios llenos y ver la pasión con la que se siente el rugby.
¿Tuviste oportunidad de viajar mucho y conocer muchos lugares?
En el 2007 fui al Campeonato Mundial de Francia, pero recorrí poco, sobretodo en este último tiempo en Irlanda, donde el clima era muy malo.
¿Te pagaban por jugar?
En mi caso, los contratos incluían un salario, una casa y hasta un vehículo para moverme.
¿Cómo fue experiencia de jugar en el Longford?
El club de Irlanda en el que estoy milita en la Segunda Liga Provincial (a nivel nacional una cuarta o quinta liga en importancia), en el que entrenábamos dos veces por semana (de noche) y jugábamos los domingos.
No es un club de los más grandes, sus jugadores son semi profesionales, es decir, la mayoría tienen otro trabajo además de jugar. Fue bueno cambiar para así seguir probando y cosechar más experiencia.
¿Vas a seguir en Irlanda?
Hasta fines de agosto me quedo en Argentina
No veía la hora de venir porque se extraña mucho, la familia y los amigos.
Allá se terminó el campeonato y finalizó mi contrato. El club quiere que vuelva, también hablé con mi club de Italia y también me dijeron que tengo las puertas abiertas.
Todavía no tengo decidido que hacer, tengo hasta mediados de julio para pensarlo.
Está el contacto a través de un ex compañero neozelandés con quien vivía en Italia y que ahora está en Francia, para que vaya a este nuevo país.
Si en el 2010 puedo jugar en Francia sería un gran sueño, es el mejor lugar para el rugby.
¿Qué es lo que más extrañabas estando allá?
Uno estando lejos extraña todo, principalmente la familia, pero hasta la comida de casa se añora.
De todos modos me las ingeniaba para hacer allá la comida que siempre tenía en Argentina (risas).
¿Valió la pena?
No estoy arrepentido. Lo ideal hubiera sido estar en algún club más grande, pero estoy muy conforme realmente.
¿Qué consejos le darías a alguien que se cruce con una posibilidad así y no sepa que hacer?
Cuando tenía 18 años se me dio la oportunidad de irme pero dudé y la dejé pasar.
El consejo que puedo dar es que si se presenta una oportunidad hay que aprovecharla. No hay que tener miedo, si a uno le va bien y se adapta se queda y si no, se vuelve.
¿No vas a volver más a la Argentina?
Si no tengo impedimento físico me gustaría terminar mi carrera deportiva en Córdoba o en Carlos Paz.
Aunque algo tímido, Matías Hereñú, que ahora tiene 28 años, empujado por el coraje y la fortaleza que caracteriza a los rugbiers, se fue del país y desde el 2006 está en Europa, donde ya militó en un club de Verona (Italia) y en otro de Irlanda.
Prefirió volver a su tierra en estos meses, en lugar de disfrutar del verano del hemisferio norte, mientras piensa en su futuro: Si volver a la Gran Bretaña, aceptar una nueva oferta del club italiano o bien radicarse en Francia, donde también hay interés en su juego.
¿Cómo fueron tus comienzos en el rugby?
Desde los 6 años. Empecé muy chiquito en el Carlos Paz Rugby Club (CPRC) y allí estuve hasta los 18. Estudié siempre en el IESS, desde Jardín de Infantes hasta ser Promoción 98 del secundario.
Ya entre los 18 y los 25 años jugué en el Jockey Club de Córdoba y después vino la posibilidad de buscar otros horizontes.
¿Cómo surgió la posibilidad de jugar en Europa?
En febrero del 2006 me fui ya con el contacto para jugar en el Cus Verona, un club del Norte de Italia, que me contrató por dos meses y medio. Después terminó el campeonato y vine los tres de meses de receso de allá para mi país.
En agosto el mismo club me volvió a llamar. “Queremos que vuelvas”, me dijeron y eso hice pero ya con un contrato por todo un año.
Este es un club que milita en la segunda división de la Liga Nacional Italiana.
Soy conciente que no éramos de lo mejor de la Liga, ni estábamos en la punta, pero como experiencia fue muy valiosa, tanto en lo deportivo como en lo humano.
Digamos que mi club era semi profesional, no todos los jugadores cobraban por lo que hacían.
¿Aprendiste mucho?
No se si aprendí mucho en cuanto al rugby. Yo aquí jugaba de win y apenas llegué me hicieron jugar en otra posición, 13 (centro). Pero me adapté porque en Argentina algunas veces había jugado de 13.
¿Es muy diferente el rugby?
Mirá, los equipos que están en la punta si, se ve la diferencia. Donde yo jugué en Italia se podría decir que era el mismo nivel que acá
Pero la Primera División del rugby italiano si es mejor y muy dura.
En Italia el rugby es mucho más físico, es uno de los rasgos que tiene el rugby italiano. Todo el mundo lo dice, es un rugby de mucho contacto, donde a veces la técnica y lo táctico pasa a un segundo plano.
¿Cómo pasás de un club italiano a otro irlandés?
Pasé el verano en España y ya había contactos para ir a Irlanda.
En Irlanda no estuve en un club de la capital, sino en una pequeña localidad, en el Longford Rugby Club. El lugar tenía unos 20 mil habitantes y estaba en el medio de la isla.
En este lugar es muy natural practicar rugby, a diferencia de Italia. En Irlanda los niños lo practican en escuela y después hasta en las universidades. Es como el fútbol acá. Irlanda tiene una verdadera cultura de rugby.
En Irlanda estuve seis meses hasta que me vine ahora.
¿Cómo fue adaptarte a vivir, tanto en Italia como en Irlanda?
Me fue más difícil adaptarme, empezando por el idioma en Irlanda. Pero me vino bien porque ahora lo hablo y entiendo perfectamente. Yo tenía una buena base de inglés, pero allá lo hablan muy rápido y de una forma muy cerrada. En Italia ya a los dos meses entendía todo perfectamente en italiano, porque es un idioma muy parecido al nuestro.
En Italia hice muchos amigos. Argentinos que viven allá e italianos nativos también. Me hicieron sentir siempre que era uno más y no tuve ningún problema de adaptación
En Irlanda se vive más clima de rugby y, por ejemplo, me tocó estar allá cuando se jugó el “Seis naciones”. Ví los partidos de Irlanda-Francia, Irlanda-Argentina y era conmovedor estar en los estadios llenos y ver la pasión con la que se siente el rugby.
¿Tuviste oportunidad de viajar mucho y conocer muchos lugares?
En el 2007 fui al Campeonato Mundial de Francia, pero recorrí poco, sobretodo en este último tiempo en Irlanda, donde el clima era muy malo.
¿Te pagaban por jugar?
En mi caso, los contratos incluían un salario, una casa y hasta un vehículo para moverme.
¿Cómo fue experiencia de jugar en el Longford?
El club de Irlanda en el que estoy milita en la Segunda Liga Provincial (a nivel nacional una cuarta o quinta liga en importancia), en el que entrenábamos dos veces por semana (de noche) y jugábamos los domingos.
No es un club de los más grandes, sus jugadores son semi profesionales, es decir, la mayoría tienen otro trabajo además de jugar. Fue bueno cambiar para así seguir probando y cosechar más experiencia.
¿Vas a seguir en Irlanda?
Hasta fines de agosto me quedo en Argentina
No veía la hora de venir porque se extraña mucho, la familia y los amigos.
Allá se terminó el campeonato y finalizó mi contrato. El club quiere que vuelva, también hablé con mi club de Italia y también me dijeron que tengo las puertas abiertas.
Todavía no tengo decidido que hacer, tengo hasta mediados de julio para pensarlo.
Está el contacto a través de un ex compañero neozelandés con quien vivía en Italia y que ahora está en Francia, para que vaya a este nuevo país.
Si en el 2010 puedo jugar en Francia sería un gran sueño, es el mejor lugar para el rugby.
¿Qué es lo que más extrañabas estando allá?
Uno estando lejos extraña todo, principalmente la familia, pero hasta la comida de casa se añora.
De todos modos me las ingeniaba para hacer allá la comida que siempre tenía en Argentina (risas).
¿Valió la pena?
No estoy arrepentido. Lo ideal hubiera sido estar en algún club más grande, pero estoy muy conforme realmente.
¿Qué consejos le darías a alguien que se cruce con una posibilidad así y no sepa que hacer?
Cuando tenía 18 años se me dio la oportunidad de irme pero dudé y la dejé pasar.
El consejo que puedo dar es que si se presenta una oportunidad hay que aprovecharla. No hay que tener miedo, si a uno le va bien y se adapta se queda y si no, se vuelve.
¿No vas a volver más a la Argentina?
Si no tengo impedimento físico me gustaría terminar mi carrera deportiva en Córdoba o en Carlos Paz.
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